miércoles, 30 de mayo de 2007
EL EGO EN EL CAMINO ESPIRITUAL
Del libro Tibetano de La Vida y de la Muerte:
EL EGO EN EL CAMINO ESPIRITUAL
Si emprendemos el camino espiritual es para terminar con la grotesca tiranía del Ego, pero la capacidad que éste posee para encontrar recursos es casi infinita y en cada etapa es capaz de sabotear y abatir nuestro deseo de vernos libres de él. La verdad es sencilla, y las enseñanzas son muy claras, pero, como he podido observar con gran tristeza en numerosas ocasiones, en cuanto empiezan a influir en nosotros y a motivarnos, el ego intenta complicarlas porque sabe que lo amenazan en lo más fundamental.
Al principio, cuando empezamos a sentirnos fascinados por el camino espiritual y todas sus posibilidades, hasta es posible que el ego nos aliente: “Esto es maravilloso. ¡Es justo lo que te conviene! ¡ esta enseñanza es muy sensata!”.
Luego, cuando decidimos que queremos probar la práctica de la meditación o hacer un retiro, el ego canturrea: “¡Qué gran idea! Yo también iré contigo. Los dos podemos aprender algo!”. Durante el periodo de luna de miel de nuestro desarrollo espiritual, el ego no cesará de estimularnos: “Es maravilloso. Qué sorprendente, qué enriquecedor…”.
Pero en cuanto entramos en el periodo que yo llamo de “fregadero de cocina” del camino espiritual y las enseñanzas empiezan a hacernos profundo efecto, es inevitable que nos veamos cara a cara con la verdad de nosotros mismos. Cuando el Ego queda al descubierto, se pone el dedo en la llaga, comienzan a surgir toda clase de problemas. Es como si nos pusieran delante un espejo del que no podemos apartar los ojos. El espejo está absolutamente limpio, pero en él hay un rostro feo e iracundo que nos devuelve la mirada: el nuestro propio. Empezamos a rebelarnos, porque nos disgusta lo que vemos; incluso es posible que nos volvamos contra el espejo y lo rompamos en pedazos, pero sólo conseguiremos que haya cientos de caras feas que siguen mirándonos.
Cuando llega ese momento, nos enfurecemos y protestamos amargamente; ¿y dónde está nuestro ego? Montando guardia fielmente a nuestro lado, azuzándonos: “Tienes toda la razón, esto es indignante e insoportable, ¡No tienes por qué aguantarlo!”. Y mientras lo escuchamos cautivados, el yo sigue conjurando todo tipo de dudas y savaríos emocionales, arrojando leña al fuego: “¿Todavía no te das cuenta de que esta enseñanza no es para ti?, ¡ya te lo había dicho!, ¿ No ves que ese maestro no te conviene?, Después de todo, eres una persona occidental moderna, inteligente y culta, y las doctrinas exóticas como el zen, el sufismo, la meditación y el budismo tibetano pertenecen a otras culturas. ¿De que puede servirte a ti una filosofía que nació en el Himalaya hace más de mil años?”.
Mientras el yo contempla regocijado cómo nos vamos enredando cada vez más en su telaraña, aprovechará el dolor, la soledad y las dificultades que sufrimos cuando empezamos a conocernos a nosotros mismos, para culpar a las enseñanzas e incluso al Maestro: “A estos gurus no les importa nada de lo que pueda pasarte. Sólo quieren explotarte. Utilizan palabras como “compasión”, y “devoción” para que caigas en su poder….”
El ego es tan inteligente que puede retorcer las enseñanzas para su propio fin, después de todo, el diablo puede citar las escrituras para su provecho. El arma suprema del ego consiste en señalar hipócritamente con el dedo al maestro y sus seguidores y denunciarlos: “¡por lo que se ve, aquí no hay nadie que viva siguiendo la verdad de las enseñanzas!”. De esta manera, el ego se erige en árbitro virtuoso de todo comportamiento, la posición más astuta para minar toda la confianza y erosionar toda la dedicación al camino espiritual que pueda uno tener.
Sin embargo, por mucho que se esfuerce el ego en sabotear el camino espiritual, si nos mantenemos firmes en él y trabajamos a fondo en la práctica de la meditación, poco a poco iremos descubriendo lo embaucados que estábamos en las promesas del ego, sus falsas esperanzas y sus falsos temores. Poco a poco comenzamos a entender que tanto la esperanza como el temor son enemigos de nuestra paz mental: las esperanzas nos engañan y nos dejan vacíos y decepcionados, y los temores nos paralizan en la estrecha celda de nuestra falsa identidad. Asimismo, vamos viendo cuan absoluto ha sido el dominio del ego sobre nuestra mente, y, en el espacio de libertad abierto por la meditación, cuando nos encontramos momentáneamente liberados del aferramiento, vislumbramos la vivificante espaciosidad de nuestra verdadera naturaleza. Advertimos que el ego, a la manera de un timador chiflado, nos ha estado estafando durante muchos años con proyectos, planes y promesas que nunca han sido reales y solo nos han llevado a la quiebra interior. Cuando en la ecuanimidad de la meditación nos damos cuenta de ello, sin ningún consuelo ni deseo de ocultarlo que hemos descubierto, todos los planes y proyectos se revelan vanos y empiezan a desmoronarse.
(Extracto de El Libro Tibetano de la Vida y la Muerte)
EL EGO EN EL CAMINO ESPIRITUAL
Si emprendemos el camino espiritual es para terminar con la grotesca tiranía del Ego, pero la capacidad que éste posee para encontrar recursos es casi infinita y en cada etapa es capaz de sabotear y abatir nuestro deseo de vernos libres de él. La verdad es sencilla, y las enseñanzas son muy claras, pero, como he podido observar con gran tristeza en numerosas ocasiones, en cuanto empiezan a influir en nosotros y a motivarnos, el ego intenta complicarlas porque sabe que lo amenazan en lo más fundamental.
Al principio, cuando empezamos a sentirnos fascinados por el camino espiritual y todas sus posibilidades, hasta es posible que el ego nos aliente: “Esto es maravilloso. ¡Es justo lo que te conviene! ¡ esta enseñanza es muy sensata!”.
Luego, cuando decidimos que queremos probar la práctica de la meditación o hacer un retiro, el ego canturrea: “¡Qué gran idea! Yo también iré contigo. Los dos podemos aprender algo!”. Durante el periodo de luna de miel de nuestro desarrollo espiritual, el ego no cesará de estimularnos: “Es maravilloso. Qué sorprendente, qué enriquecedor…”.
Pero en cuanto entramos en el periodo que yo llamo de “fregadero de cocina” del camino espiritual y las enseñanzas empiezan a hacernos profundo efecto, es inevitable que nos veamos cara a cara con la verdad de nosotros mismos. Cuando el Ego queda al descubierto, se pone el dedo en la llaga, comienzan a surgir toda clase de problemas. Es como si nos pusieran delante un espejo del que no podemos apartar los ojos. El espejo está absolutamente limpio, pero en él hay un rostro feo e iracundo que nos devuelve la mirada: el nuestro propio. Empezamos a rebelarnos, porque nos disgusta lo que vemos; incluso es posible que nos volvamos contra el espejo y lo rompamos en pedazos, pero sólo conseguiremos que haya cientos de caras feas que siguen mirándonos.
Cuando llega ese momento, nos enfurecemos y protestamos amargamente; ¿y dónde está nuestro ego? Montando guardia fielmente a nuestro lado, azuzándonos: “Tienes toda la razón, esto es indignante e insoportable, ¡No tienes por qué aguantarlo!”. Y mientras lo escuchamos cautivados, el yo sigue conjurando todo tipo de dudas y savaríos emocionales, arrojando leña al fuego: “¿Todavía no te das cuenta de que esta enseñanza no es para ti?, ¡ya te lo había dicho!, ¿ No ves que ese maestro no te conviene?, Después de todo, eres una persona occidental moderna, inteligente y culta, y las doctrinas exóticas como el zen, el sufismo, la meditación y el budismo tibetano pertenecen a otras culturas. ¿De que puede servirte a ti una filosofía que nació en el Himalaya hace más de mil años?”.
Mientras el yo contempla regocijado cómo nos vamos enredando cada vez más en su telaraña, aprovechará el dolor, la soledad y las dificultades que sufrimos cuando empezamos a conocernos a nosotros mismos, para culpar a las enseñanzas e incluso al Maestro: “A estos gurus no les importa nada de lo que pueda pasarte. Sólo quieren explotarte. Utilizan palabras como “compasión”, y “devoción” para que caigas en su poder….”
El ego es tan inteligente que puede retorcer las enseñanzas para su propio fin, después de todo, el diablo puede citar las escrituras para su provecho. El arma suprema del ego consiste en señalar hipócritamente con el dedo al maestro y sus seguidores y denunciarlos: “¡por lo que se ve, aquí no hay nadie que viva siguiendo la verdad de las enseñanzas!”. De esta manera, el ego se erige en árbitro virtuoso de todo comportamiento, la posición más astuta para minar toda la confianza y erosionar toda la dedicación al camino espiritual que pueda uno tener.
Sin embargo, por mucho que se esfuerce el ego en sabotear el camino espiritual, si nos mantenemos firmes en él y trabajamos a fondo en la práctica de la meditación, poco a poco iremos descubriendo lo embaucados que estábamos en las promesas del ego, sus falsas esperanzas y sus falsos temores. Poco a poco comenzamos a entender que tanto la esperanza como el temor son enemigos de nuestra paz mental: las esperanzas nos engañan y nos dejan vacíos y decepcionados, y los temores nos paralizan en la estrecha celda de nuestra falsa identidad. Asimismo, vamos viendo cuan absoluto ha sido el dominio del ego sobre nuestra mente, y, en el espacio de libertad abierto por la meditación, cuando nos encontramos momentáneamente liberados del aferramiento, vislumbramos la vivificante espaciosidad de nuestra verdadera naturaleza. Advertimos que el ego, a la manera de un timador chiflado, nos ha estado estafando durante muchos años con proyectos, planes y promesas que nunca han sido reales y solo nos han llevado a la quiebra interior. Cuando en la ecuanimidad de la meditación nos damos cuenta de ello, sin ningún consuelo ni deseo de ocultarlo que hemos descubierto, todos los planes y proyectos se revelan vanos y empiezan a desmoronarse.
(Extracto de El Libro Tibetano de la Vida y la Muerte)
Clases de Chi Kung y Taichi-Chuan
Ya se está formando un nuevo grupo para estas prácticas.
El Chi-Kung y el Taichi-Chuan son dos ramas integradas en el ancestral arbol de la Medicina Tradicional China. A través de su práctica, ejercitando la dinámica del cuerpo humano con movimientos lentos, suaves y armoniosos, se van regulando y equilibrando el funcionamiento del sistema nervioso autónomo.
En este estado de quietud interna, se posibilita que el CHI, o energía que nos conforma, circule mejor, más fluidamente, afectando de forma favorable a la totalidad de nuestro organismo integrado por sus diferentes sistemas: circulatorio, endocrino, óseo, muscular, nervioso, linfático..
El Chi-Kung y el Taichi-Chuan son dos ramas integradas en el ancestral arbol de la Medicina Tradicional China. A través de su práctica, ejercitando la dinámica del cuerpo humano con movimientos lentos, suaves y armoniosos, se van regulando y equilibrando el funcionamiento del sistema nervioso autónomo.
En este estado de quietud interna, se posibilita que el CHI, o energía que nos conforma, circule mejor, más fluidamente, afectando de forma favorable a la totalidad de nuestro organismo integrado por sus diferentes sistemas: circulatorio, endocrino, óseo, muscular, nervioso, linfático..
Tratamientos Shiatsu y Acupuntura
El masaje Shiatsu y la Acupuntura son medios naturales de sanación altamente eficaces en síntomas como dolores de espalda y cuello, insomnio y ansiedad, alergias, hipertensión, dolores de cabeza, stress, alteraciones digestivas y circulatorias, trastornos menstruales y cansancio, entre otros.
A través del Shiatsu, presionando puntos vitales de nuestro cuerpo, o estimulándolos con las finas agujas de la Acupuntura, los propios recursos naturales de sanación son desencadenados. De esta forma no sólo se van corrigiendo las disfunciones, sino que el organismo se nutre y fortalece para potenciar la propia capacidad natural de prevención.
El profesor Ángel Batanero es acupuntor y especialista en Shiatsu por la Escuela Japonesa de Shiatsu. Atiende en zona Principe de Vergara
A través del Shiatsu, presionando puntos vitales de nuestro cuerpo, o estimulándolos con las finas agujas de la Acupuntura, los propios recursos naturales de sanación son desencadenados. De esta forma no sólo se van corrigiendo las disfunciones, sino que el organismo se nutre y fortalece para potenciar la propia capacidad natural de prevención.
El profesor Ángel Batanero es acupuntor y especialista en Shiatsu por la Escuela Japonesa de Shiatsu. Atiende en zona Principe de Vergara
Próximo Curso Reiki Usui Tibetano Nivel I
El próximo curso de Reiki Nivel I, tendrá lugar el domingo 10 de Junio. Si estás interesado en participar, contacta conmigo ya que estoy ahora organizando el grupo. Es en Zona Avda de América y en horario de 10.30 a 14 y de 16 a 18 aproximadamente.
¿Qué aprenderás en el curso?
En el curso para la iniciación en este nivel, el maestro realiza una ceremonia de sintonización con la energía y transmite al alumno las técnicas y los símbolos necesarios para que este pueda canalizar la energía Universal para él o para otras personas (animales, plantas, etc), es un sencillo proceso donde el maestro ayuda al alumno a recuperar su conexión con la Enegía ilimitada del Universo.
A partir del momento en que el alumno finaliza el curso, comienza unos de los viajes más bonitos y divertidos..el camino hacia uno mismo.
Reiki en Madrid
Cursos de Reiki Usui Tibetano
¿Qué es Reiki?
Es una técnica de sanación natural que consiste en la canalización de energía Universal o espiritual con el fin de armonizarnos a nivel físico, mental y espiritual; su uso puede ser específico para dolencias puntuales o en general para crear arminía en nuestra vida y poder fluir con ella.
¿Por qué practicar Reiki?
Reiki aporta equilibrio entre nosotros y el Universo, ayudándonos a estar sanos, equilibrados y felices. La energía trabaja a través de nuestros chakras (puntos de distribución de la energía vital en nuestro cuerpo) ayudándoles a recuperar su condición natural de armonía.
Reiki puede interferir de manera muy positiva en los procesos de sanación de enfermedades y es también una potente herramienta contra el estrés, aparte de ayudarnos en el camino del auto-conocimiento y armonizarnos con el entorno a nivel físico, mental y espiritual.
Este sistema está reconocido por la Organización Mundial de la Salud (http://www.who.int/es/index.html) y ya se utiliza como complemento a la medicina occidental en hospitales de algunos paises como Japón o Reino Unido.
En este sistema existen 3 o 4 niveles (dependiendo de cada Maestro); al recibir la iniciación en cada uno de ellos se produce una expansión de la conciencia.
En el Nivel I trabajamos con la energía a nivel físico, sanando nuestro cuerpo físico. En el Nivel II trabajamos ya con nuestro cuerpo mental/emocional, pudiendo sanar las causas que nos producen nuestra enfermedad o mal estar; El nivel III nos conectamos con nuestra parte espiritual o Ser Superior. La Maestría nos otorga la capacidad de transmitir esta maravillosa técnica a otros.
¿Qué es Reiki?
Es una técnica de sanación natural que consiste en la canalización de energía Universal o espiritual con el fin de armonizarnos a nivel físico, mental y espiritual; su uso puede ser específico para dolencias puntuales o en general para crear arminía en nuestra vida y poder fluir con ella.
¿Por qué practicar Reiki?
Reiki aporta equilibrio entre nosotros y el Universo, ayudándonos a estar sanos, equilibrados y felices. La energía trabaja a través de nuestros chakras (puntos de distribución de la energía vital en nuestro cuerpo) ayudándoles a recuperar su condición natural de armonía.
Reiki puede interferir de manera muy positiva en los procesos de sanación de enfermedades y es también una potente herramienta contra el estrés, aparte de ayudarnos en el camino del auto-conocimiento y armonizarnos con el entorno a nivel físico, mental y espiritual.
Este sistema está reconocido por la Organización Mundial de la Salud (http://www.who.int/es/index.html) y ya se utiliza como complemento a la medicina occidental en hospitales de algunos paises como Japón o Reino Unido.
En este sistema existen 3 o 4 niveles (dependiendo de cada Maestro); al recibir la iniciación en cada uno de ellos se produce una expansión de la conciencia.
En el Nivel I trabajamos con la energía a nivel físico, sanando nuestro cuerpo físico. En el Nivel II trabajamos ya con nuestro cuerpo mental/emocional, pudiendo sanar las causas que nos producen nuestra enfermedad o mal estar; El nivel III nos conectamos con nuestra parte espiritual o Ser Superior. La Maestría nos otorga la capacidad de transmitir esta maravillosa técnica a otros.
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